¿Su hijo tiene dificultades con la lectura, las matemáticas, la escritura, la concentración o coordinación? Tal vez estos problemas podrían deberse a una dificultad de aprendizaje. En este artículo, M.Carmen Bouzas, pedagoga, nos explica qué son las dificultades del aprendizaje, cuáles son sus síntomas y cómo identificarlas. Descubre cómo trabajarlas en familia.
Las malas notas no son siempre resultado del mal trabajo del niño, en muchas ocasiones esconden otros problemas que son importantes saber detectar para poder ayudar. En muchas ocasiones ese «esforzarse más» puede que no sea la causa del problema sobre todo si son niños con dificultades del aprendizaje sin diagnosticar ni tratar.
Las notas son el indicador de problemas invisibles no detectados y que merman la autoestima y motivación del niño. Si sienten que no son capaces de alcanzar las metas que se proponen, será difícil que las logren. Hazle sentir que le prestas atención y tienes en cuenta sus sentimientos e inquietudes.
La autoestima de los niños está muy influida por la calidad del tiempo que los padres pasamos con ellos. Es muy importante que cuidemos el concepto que tienen de ellos mismos y que les demos una imagen positiva de quienes son y de lo que hacen. Hay que enseñarles a incorporar los errores en el proceso de aprendizaje y no desmoralizarse ante las dificultades: todos los problemas tienen solución.
Familia, motivación y dificultades del aprendizaje son factores que influyen significativamente en el rendimiento escolar.
Las familias se preocupan mucho cuando su hijo/a tiene problemas en la escuela y empiezan a saltar las alarmas.
Muchas veces los padres no saben si lo que “les preocupa” de sus hijos es algo normal en el desarrollo evolutivo o deberían buscar ayuda profesional. El ritmo actual de vida y la falta de tiempo de los padres muchas veces no les permite buscar o encontrar la información necesaria para detectar si existe un problema escolar o pedagógico. Otras veces, no saben a quién tienen que acudir.
Todo esto hace que a menudo, se pierda un tiempo muy valioso que podría haber solucionado un potencial problema de fracaso escolar.
En la etapa de educación primaria ya se pueden empezar a identificar los primeros indicadores que pueden llevar al niño, si no intervenimos a tiempo, al fracaso escolar.
El período que transcurre desde las primeras sospechas hasta el diagnóstico de cualquier problema del aprendizaje y desarrollo del niño provoca angustia, incertidumbre y desorientación en las familias. La detección temprana ayuda a planificar una intervención a tiempo.
Las dificultades del aprendizaje (DA) se manifiestan por dificultades importantes a la hora de hablar, leer, razonar, escribir, o comprender las matemáticas y aritmética. Estos trastornos son inherentes a la persona y, normalmente, debidos a una disfunción en el sistema nervioso del individuo. Por lo que es frecuente que las dificultades del aprendizaje acompañen a la persona a lo largo de todo su proceso vital.
La base de las dificultades del aprendizaje suele encontrarse en procesos psicológicos básicos como la atención, memoria, percepción, lenguaje, capacidad de autorregular los procesos mentales, así como factores emocionales y motivacionales. Suelen identificarse en los primeros estadios del desarrollo (infancia, niñez o adolescencia), ya que hay una inadecuada adquisición y desarrollo de las habilidades importantes y esenciales del aprendizaje en la escuela.
Atención
Desde muy pequeños hay que habituarles a tareas que les ayuden a concentrarse durante períodos de tiempo apropiados a su edad. Para aprender es fundamental que sean capaces de centrar su atención en lo que tienen entre manos.
Hay indicios que no debemos pasar por alto:
- Cuando les cueste concentrarse
- Mantenerse quietos
- Cuando reaccionen con mayor impulsividad.
El TDAH es una dificultad de aprendizaje que permanece también en la vida adulta, sin embargo, tratando las áreas afectadas con técnicas de reeducación, la mejoría es notable y suelen promocionar en el ámbito académico. Por otro lado, se refiere a niños/as que tienen dificultades para mantener la atención cuando la tarea no es muy motivadora.
Memoria
Esta capacidad es clave para el rendimiento escolar. Se puede ejercitar y estimular con juegos y actividades divertidas.
Debemos descartar problemas de memoria, dificultad de aprendizaje que se caracteriza por presentar los siguientes comportamientos en el aula:
- Progreso académico lento
- Olvido de las instrucciones
- Errores en la realización de actividades que exigen almacenamiento y procesamiento simultáneo
- Pérdida en la ejecución de tareas complejas
- No retención de aprendizajes.
Dislexia: Las investigaciones actuales reafirman y concluyen que el origen es una afectación del procesamiento fonológico, es decir, el niño tiene muchas dificultades en asociar el sonido con la letra que le corresponde, desencadenando errores al leer y al escribir. Suelen cometer errores como omitir letras, o cambiarlas de orden….
Es necesario que estos niños/as reciban un tipo de ayuda especial para no ver afectados sus resultados en la escuela. En Remonta Pedagogía trabajamos la reeducación con aplicaciones como Galexia y Dytective donde a través del juego los niños mejoran sus capacidades linguísticas y atencionales.
La observación de padres y profesores hace posible la detección temprana de dificultades del aprendizaje y desarrollo.
Disgrafía: A los niños y niñas con disgrafía les cuesta mucho esfuerzo escribir y resulta muy difícil reconocer lo que quieren expresar.
Pueden tener dificultades:
- Formar las letras
- Espaciar correctamente las letras en la página
- Escribir en línea recta
- Hacer las letras del tamaño correcto
- Sostener el papel con una mano mientras escribe con la otra
- Sostener y controlar un lápiz u otra herramienta para escribir
- Ejercer la presión apropiada sobre el papel con la herramienta usada para escribir
- Mantener la postura y posición correcta del brazo para escribir
Es necesario proporcionales una reeducación específica de destreza motora, para la correcta habilidad de expresión gráfica.
Disortografía: es la dificultad que tienen algunos niños/as en la adquisición de las normas ortográficas de su lengua y que les lleva a cometer errores recurrentes en la escritura de las palabras. Esto puede llevar a una escritura ininteligible, pero no afecta ni a la lectura ni a la comprensión lectora.
Discalculia: es una dificultad para entender y trabajar con los números. En preescolar una de las señales más comunes es:
- Problemas para entender cantidades como mayor y menor.
- Tampoco entienden que un número representa una cantidad
- O que por ejemplo 7 y siete significa lo mismo.
A medida que las matemáticas se vuelven más complejas las señales se vuelven más notorias como por ejemplo saber que operación aritmética tienen que utilizar o alinear correctamente los números para resolver un problema.
¿Cómo tratar las dificultades de aprendizaje en el ámbito familiar?
Cuando a unos padres se les informa que su hijo presenta dificultades de aprendizaje suelen surgir dudas acerca de qué hacer con ellos, y por qué le pasa eso a su hijo. Por esto es muy importante que reciban orientaciones sobre cómo estimular aquellos aspectos deficitarios de su hijo y comprender sus posibilidades reales.
Si quieres ayudar a tu hijo/a en Remonta Pedagogia te diremos cómo puedes hacerlo. A continuación se desarrollan varios consejos y recomendaciones que como padres o personas de referencia de los niños serán de gran ayuda:
1- Para comenzar es importante que los padres estén informados de lo que está ocurriendo con su hijo, información sobre el posible diagnóstico y el significado de estas dificultades. Es de gran ayuda que los padres reciban bibliografía, material para trabajar con sus hijos, actividades y recomendaciones.
2- Tratar de entender la situación desde el punto de vista de tu hijo, es decir, ser empático con él. Hay que identificar sus emociones y acompañarle en este camino. Escuchar sus necesidades con atención, dando importancia a lo que tu hijo te expresa. A la vez, controlar los propios sentimientos de rabia, pena o frustración frente a las dificultades de tu hijo o a la imposibilidad de ayudarlos y no traspasarles esos sentimientos.
3- No forzar al niño para que trabaje más, sino entender el esfuerzo que está realizando y darle el tiempo que él mismo necesite.
4- Fomentar su autoestima resaltando los logros que está consiguiendo, reforzando las actividades que realiza y darle ánimo para continuar trabajando a pesar de las dificultades. Dar la oportunidad a tu hijo para hacer actividades diferentes como pintar, hacer deporte, montar a caballo, tocar la guitarra etc. ¡Todo el mundo tiene que desarrollar un sentido de dominio y fortaleza!
5- Tratar de no enfocar las conversaciones en los problemas de la escuela, sino centrarse en otros temas más allá de eso, como en lo que más le ha gustado en clase, su película favorita o su mejor amigo/a.
6- Encontrar el justo equilibrio entre la ayuda y el fomento de la independencia. Es imprescindible reconocer aquellas situaciones donde necesita tu ayuda, pero fomentar la independencia y autonomía lo antes posible. Por ejemplo, escuchar a tu hijo leer unos minutos cada noche, repasar las palabras de ortografía, ejercitar las tablas de multiplicar o encontrar material para hacer los proyectos del colegio.
El rol de los padres debe ser de guía, es decir, no resolver los problemas, sino darle más alternativas para que ellos pueda tomar sus propias decisiones y darles permiso para que cometan sus propios errores.
7- En el caso de tareas largas, es importante determinar si se puede recortar, dividir la tarea en secciones y realizar por segmentos separados. Elegir el mejor momento del día para realizar la tarea, según las características de tu hijo. Valorar la posibilidad de tener descansos cada 15 o 20 minutos y darle oportunidades para jugar como niño.
8- Leer con tu hijo y que él te lea a ti. Es importante tener claro el nivel de lectura exitoso para tu hijo, de lo contrario, supondrá una actividad frustrante afectando a su rendimiento y afición por la lectura. También se puede jugar con los cambios de voz y la entonación y la búsqueda de palabras en el diccionario, sinónimos y antónimos.
9- Ayudarles con la ortografía enseñándole una o dos palabras por la noche y revisarlas en noches posteriores. Hacer que tu hijo te dicte una oración utilizando una de esas palabras. También son muy importantes juegos como el ahorcado, la sopa de letras, crucigramas, palabras locas o juegos de rimas. Utilizar material como post-its para jugar con las palabras.
10- Ante dificultades en el cálculo, ayudarle a comprender los problemas utilizando materiales concretos como lentejas, cerillas, monedas, pinturas… Trabajar sólo un concepto cada vez, por ejemplo no pasar a la tabla de multiplicar del 3 hasta que no se haya comprendido la del 2. También trabajar en la cocina haciendo postres para que el uso de las medidas refuercen esos conceptos matemáticos.
11- Como habilidades de organización, supervisar el rendimiento de tu hijo mediante una agenda revisada por ti y el profesor. Es esencial mantener una rutina y unos horarios estructurados.
12- Utilizar en casa un tablero de anuncios con anotaciones para recordar a tu hijo sus horarios, tareas o demás actividades para facilitarle estos datos. Utilizar imanes para colocar en la puerta del frigorífico, desarrollar listas de cosas por hacer siguiendo un orden, usar cajones con separaciones para ordenar su material y recuperarlo con facilidad.
Todas estas pautas permitirán generar un momento agradable y cómodo para tu hijo en torno a su aprendizaje, combinándolo con el juego y actividades gratificantes para él.
“Trabajamos con niños muy pequeños que presentan dificultades en diferentes estados evolutivos. Unos maduran antes y otros después, pero les hacemos leer y escribir a TODOS A LA VEZ.
“Si aprendemos a respetar los ritmos de cada uno, será más fácil ayudarles a avanzar”
Los adultos deben ser pacientes porque los niños alcanzarán los niveles deseados más despacio de lo que fuera de desear pero el resultado final será satisfactorio. Es importante que los niños piensen que pueden controlar su propia vida. Es una condición fundamental para que una persona pueda tomar decisiones, sienta la necesidad de decidir ante cualquier situación y además, adoptar responsabilidades, desarrollar las propias habilidades personales o actuar con confianza en un mundo cada vez más competitivo.
M.Carmen Bouzas – Pedagoga
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