Todos conocemos el papel que desempeñan los médicos y otros especialistas dentro de nuestro sistema sanitario, pero en general desconocemos qué funciones tiene el pedagogo y por lo tanto cuando podemos acudir.

Según la RAE, “La pedagogía es la ciencia que se ocupa de la educación y la enseñanza”

El pedagogo es el profesional que se encarga de detectar si existen dificultades de aprendizaje como la dislexia, la disgrafía, discalculia, problemas de memorización, dificultades en comprensión lectora problemas auditivos y visuales, discapacidad intelectual, retrasos madurativos o trastornos concretos como el autismo o el déficit de atención con o sin hiperactividad, entre otros.

Con una metodología basada en la evaluación, diagnóstico e intervención en Remonta Pedagogía ayudamos a niños y a sus familias a superar las dificultades de aprendizaje que presentan.

Este es el primer paso para dar soluciones a la situación y tratar correctamente al niño para que reciba de su entorno escolar, social y familiar la respuesta adecuada.

El pedagogo se encarga de realizar la intervención educativa facilitando estrategias que favorecen el aprendizaje y que ayudan a compensar las dificultades además de evitar la afectación emocional que sufren con el paso de los años si no hay un diagnóstico claro.

Aporta al niño y a su familia normalidad y comprensión de su situación. Interviene para favorecer el proceso de aprendizaje y para que se produzca de la mejor manera posible, previniendo problemas y optimizando las capacidades de cada persona en particular.

El abordaje pedagógico es distinto según la problemática del niño, su contexto familiar, escolar y social.

Centrándonos en los niños, los motivos que podrían motivar una consulta al pedagogo por parte de los padres son muy diversos:

  • Presenta una baja motivación por los estudios. Parece no tener interés por nada.
  • No obtiene los resultados esperados a pesar de su esfuerzo académico.                   
  • Se bloquea en la realización de exámenes.
  • Se despista con facilidad y tiene dificultades para concentrarse.
  • Tiene problemas de comprensión lectora.
  • No sabe organizarse y gestionar su tiempo.
  • Dificultad en el control de los impulsos (impulsividad)
  • Dificultades en el aprendizaje de la lectura y la escritura. Le cuesta más que a sus compañeros aprender a leer y escribir. Confunde letras, sustituye unas por otras, las omite…
  • No quiere ir al colegio.
  • No cumple las normas ni en casa ni en el colegio (problemas de conducta).
  • Dificultad para aprender las tablas de multiplicar o dificultad a la hora de sumar, restar, multiplicar o dividir….
  • No recuerda las cosas, no las consigue memorizar.

Estas son algunas de las dificultades que podéis identificar en vuestros hijos, pero por supuesto hay muchas más. Los padres sois los primeros en detectar que algo no va bien porque siempre se tiene como referencia el grupo de clase al que pertenece el niño y este es un buen indicador.

Es frecuente encontrarnos con niños que no van bien en el colegio, que les cuesta estudiar, o que tienen dificultades de atención……

En estos casos hay que realizar una evaluación en profundidad de las dificultades de aprendizaje que tienen, saber cuáles son sus puntos fuertes, en que procesos tienen dificultades para poder establecer un correcto diagnóstico y fijar un programa de reeducación de aprendizajes específico para cada niño.

No hay que esperar a que el fracaso escolar se haya producido y el niño esté suspendiendo o que vaya a repetir curso. Lo ideal es evaluar al niño en cuanto comience a tener las primeras dificultades e intervenir lo antes posible. Cuánto más pequeño sea el niño su pronóstico será mejor.

M.Carmen Bouzas

Pedagoga