El Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDA-H) es uno de los trastornos que más se diagnostican en consultas de pediatría, psicología y psiquiatría. Los niños y niñas con TDAH tienen un retraso madurativo en la región del córtex prefrontal, lo que implica que tengan dificultades para concentrarse, inhibirse, regularse emocionalmente, controlar sus impulsos…”.

Además de estos síntomas, también pueden mostrar rigidez cognitiva, necesidad de que los adultos les ayuden a planificarse en las tareas académicas y dificultades en las relaciones sociales.

Desde Remonta Pedagogía queremos daros unos consejos para ayudar a los niños y niñas con TDAH desde casa, ya que si tenemos en cuenta las dificultades que este trastorno les causa en su día a día, podremos poner en práctica algunas pautas que les harán la vida un poco más fácil.

1- Trabajar en tiempos cortos

Cuando estemos ayudándoles con el estudio, “es importante que les demos información cortita, 4 o 5 minutos de información, siempre que podamos darles soporte audiovisual para no demandar tanto la concentración y puedan trabajar con la atención”. Cuando hayan visualizado el vídeo con la información, testearles y hacerles preguntas para saber qué han entendido o no han entendido, luego intentar trasladarlo a una actividad práctica para consolidarlo.

2- Permitirles movimiento

Cuando estén realizando tareas de memorización, es muy importante que les dejéis caminar, ya que, cuando los niños con TDAH están realizando una actividad que les genera poca motivación, la tendencia es apagar la atención y un recurso para encenderla es permitir la actividad aeróbica.

3- Compensar con actividad deportiva que les genere satisfacción

El colegio y lo que demanda ocupa una parte importante de la vida de nuestros hijos, y si tienen una dificultad específica, implica que el nivel de sufrimiento que ese niño está viviendo en ese contexto es mucho mayor a otros niños. Por lo tanto, tenemos que intentar compensar esta situación.

“El porcentaje de niños con TDAH que desarrollan a edades muy tempranas trastornos de ansiedad o trastornos depresivos es alarmantemente alto».

Un error clásico es castigarles sin actividades deportivas o de ocio por el hecho de que no han cumplido conductualmente o con sus objetivos académicos. “Esto es un gran error”, porque si no dejamos que los niños tengan lugares donde obtengan una recompensa de su esfuerzo y su trabajo, solo conseguiremos educarles en que el trabajo y el esfuerzo no valen la pena, porque nunca consiguen lo que se pretende con ello.

Si los niños entran en procesos depresivos, nos va a dar igual su rendimiento escolar, porque estaremos hablando de su salud. Y cuando un niño con TDAH está en un proceso depresivo, la tendencia no es a la tristeza y el abatimiento, sino a la conducta explosiva: irritabilidad, trastornos del comportamiento, estar a la defensiva…. Esto es algo que no podemos perder de vista ya que es probable que, ante esta situación, nos olvidemos que el niño está pasándolo mal y nos centremos más en su comportamiento y en intentar “domarlo”, perdiendo el foco en lo realmente importante que es nuestro hijo y que se sienta bien consigo mismo.

4- Ayuda profesional y entrenamiento parental

Hay que hacer mucho trabajo con ellos a nivel conductual y para ello hay que ayudar y entrenar a las familias, es decir, enseñar estrategias a los padres para gestionar el comportamiento: qué normas hay que poner, cómo ponerlas, cómo manejar emocionalmente las situaciones… porque son niños que están secuestrados emocionalmente con mucha frecuencia.

5- La medicación como opción

La gente no termina de entenderlo bien por eso es un recurso muy criticado. Tenemos que entender que el tratamiento farmacológico es el wifi para el cerebro, es decir, el wifi para el cerebro en la región de la función ejecutiva son las hormonas como la dopamina. Entonces, medicamos para regular la liberación y la actuación de estas hormonas y permitir que los niños estén conectados en esta región”.

6- Juegos de mesa

Sabemos que los juegos de mesa exponen a estas funciones a trabajar, como el cerebro aprende haciendo, cuanto más expongamos al cerebro a hacer tareas donde la función ejecutiva es demandada, más les estaremos entrenando”.

«Os animamos a que pongáis en marcha todos estos consejos para que el día a día de estos niños/as sea cada vez más fácil»

M.Carmen Bouzas, Pedagoga, 24 Agosto 2024