En breve se aproximan las fechas de los exámenes que tanto nos asustan, no es raro que algunas sensaciones como el estrés o la ansiedad se apoderen de nuestra mente.

Para muchas personas este momento de estrés puede convertirse en una pesadilla: se quedan en blanco, les tiembla el pulso, empiezan a sudar, se olvidan de las respuestas….y todo el esfuerzo puede irse al traste.

El estrés psicológico es normal en estos momentos, pero puede llegar a bloquearnos si no aprendemos a gestionarlo.

Si durante un examen o en los días previos estamos demasiados alterados, no seremos capaces de razonar y recordar datos con la misma precisión que si estamos calmados y tranquilos

Para evitar que los nervios generados por el miedo al examen te traicionen en el momento en que debes reflejar lo que has aprendido y lograr el objetivo de aprobar, toma buena nota de los cuatro trucos y estrategias que te ofrezco a continuación.

  1. QUE HACER ANTES DEL EXAMEN

El día anterior a la prueba, lo ideal es no abrir ningún libro. No debes estudiar: simplemente dedícate a otras actividades que permitan que tu mente se relaje. Intentar estudiar el día antes del examen puede conducirte a aumentar la tensión que sientes, y tu cerebro no está preparado para empaparse de conocimiento bajo esas circunstancias.

Cómo digo es lo ideal pero si no puedes evitarlo y coges el libro dale sólo un repaso. Ponerte a hacer esquemas como un loco el día de antes no sirve para nada, esa tarea se hace mucho antes.

En cuanto a los minutos antes de la prueba, el consejo va por la misma línea: aunque es frecuente que veas a todos los estudiantes repasando a última hora sus notas y apuntes mientras esperan que se inicie el examen, muchos de ellos no son conscientes que esto solo les reporta un estado de ansiedad mayor.

Además, es altamente probable que no puedas aprender nada nuevo en esos cinco o diez minutos de repaso: piensa que tu preparación ha de haber empezado semanas y hasta meses atrás, y todos los conocimientos e información que has ido adquiriendo están bien consolidados en tu cerebro.

Para todas las facetas tu vida en general y para preparar exámenes en particular, es esencial que pienses en positivo.

Si te enfocas hacia el logro y trabajas lo necesario para aprobar ese examen al que tanto temes, estarás cimentando tus posibilidades de éxito. La mente tiene un gran poder en la consecución de nuestros objetivos. Confía en tus opciones, estudia lo necesario y así llegarás al examen mucho más calmado y seguro de ti mismo, enfocado hacia el éxito.

 

  1. EL DÍA DEL EXAMEN NO OLVIDES SER PUNTUAL

Si llegas al centro temprano, tendrás un tiempo extra para preparar tus herramientas, y en caso de que surja algún imprevisto tendrás margen de maniobra y podrás solventarlo. En caso de que llegues tarde al centro, tu sensación de nervios aumentará, desde el momento en que sales estresado de casa viendo que vas con el tiempo justo, pasando por el instante en que llegues al centro con prisas: esto repercutirá negativamente en tu estado mental durante el examen. Además, ten en cuenta que llegar tarde al examen puede ser motivo suficiente para que te suspendan directamente.

Por tanto, calcula bien los tiempos (piensa que puede haber imprevistos de todo tipo) y así podrás organizarte mejor para llegar al centro con un margen de tiempo suficiente que te permita estar tranquilo.

 

  1. HABLAR CON OTROS COMPAÑEROS LOS MINUTOS PREVIOS A UN EXAMEN: CUIDADO, NO SIEMPRE ES POSITIVO

Si por ejemplo eres una persona que tiendes a ponerte nervioso antes de un examen porque tus pensamientos se te apoderan, quizá te convenga entablar algunas conversaciones cordiales con otros alumnos en torno al examen que estáis a punto de hacer: eso puede ayudarte a quitarte los nervios de encima y entrar al aula con la mente más despejada. Por el contrario, si has notado que empezar a hablar con los demás alumnos antes del examen te lleva a un mayor grado de tensión (no es infrecuente que habléis sobre temas que van a salir en el examen, e igual te da la sensación de que vas menos preparado de lo que creías), plantéate tomar la estrategia contraria y recluirte más en ti mismo/a, intentando focalizar tu mente en un estado óptimo, pensando que vas preparado y que vas a saber contestar lo que te pregunten.

Lo ideal es que, sigas una u otra estrategia, trates de estar tranquilo y huyas de las fuentes de estrés.

 

  1. PIENSA DONDE VAS A IR DESPUÉS DEL EXAMEN

Si piensas en algo satisfactorio para hacer cuando hayas salido del centro y hayas terminado el examen, tu cerebro relativizará la importancia del examen y esto te ayudará a que tus nervios se calmen. De este modo, te será más sencillo responder las preguntas de la prueba más tranquilamente y la ansiedad no te bloqueará.

Si sigues estos cuatro trucos, estoy segura que tus exámenes serán un éxito total. ¡Mucha suerte!