Ahora que va a comenzar el próximo curso escolar tienes el tiempo necesario para ponerte manos a la obra.

¿Te imaginas que te saliese de manera automática el ponerte a estudiar sin ningún esfuerzo?

Pues es posible.

Hacer acciones de manera automática sin pensar en ellas se consigue generando un HÁBITO.

Los hábitos se generan cuando repetimos acciones de manera continuada en el tiempo.

Hay dos tipos de hábitos:

  • Los que te conducen a empeorar. Repites en el tiempo acciones que te llevan por el mal camino.
  • Los que te ayudan a mejorar. Repites en el tiempo acciones que te llevan por el buen camino, te acercan a tus objetivos y te ayudan a crecer y mejorar.

A continuación te muestro cómo “Instalar” en tu comportamiento acciones que te ayuden a crecer y a mejorar en tu estudio generando un hábito.

Pasos para generar un buen hábito de estudio:

  • Repite las acciones cada día con las que quieres formar el hábito.
    La repetición ha de ser continua en el tiempo, como mínimo de 14 a 21 días. Si te es posible mejor a la misma hora.
  • Da pequeños pasos. No intentes establecer muchos hábitos o iniciar muchos cambios a la vez, ve poco a poco, en pasos que puedas dar cómodamente y que puedas controlar.
  • Visualiza tu éxito y beneficios del cambio. Ten presente en cada momento los beneficios que vas a conseguir de la utilización del nuevo método y visualizalo en tu mente.
  • Visualiza las consecuencias negativas de no generar el cambio. Puede ayudar a motivarnos visualizar los efectos perjudiciales de no establecer un buen hábito de estudio.
  • Ten presente que vas a cometer errores. El más común es olvidar repetir la acción a la que te quieres habituar. Para evitar estos olvidos podemos crearnos recordatorios, como notas adhesivas o alarmas en el móvil que nos recuerden repetir la acción.
  • Mantén una actitud optimista hacia el establecimiento del hábito. Has de hablarte bien a ti mismo cuando cometas un error o no te salgan las cosas como tú esperas.
  • El proceso es muy parecido al cuidado de una planta. Imagínate que te han regalado la semilla de una planta que tiene unos frutos riquísimos. El único inconveniente se da en la primera etapa de siembra y cuidados iniciales. La planta ha de ser cuidada todos los días, ya que si no es así, es posible que muera. Una vez superada la primera fase de cuidados, la planta se vale por sí misma y comienza a dar sus riquísimos frutos sin apenas cuidados por nuestra parte. Lo mismo ocurrirá una vez creado el hábito.

Al principio deberemos prestar atención consciente en formar ese hábito, pero una vez que lo integremos en nuestra vida ya no nos supondrá ningún esfuerzo.

Aunque al principio es difícil se perseverante y al final conseguirás el objetivo. Mucho ánimo!!!