Un año más llega el final de curso, ese momento del año en el que nos jugamos un verano tranquilo o todo lo contrario, más de lo mismo, es decir, continuidad: academia, colegio interno, vacaciones a medias…
Son muchos los padres, más que los hijos, que tienen pensamientos del tipo de:
“vaya veranito que nos espera” “después del curso que llevamos, y ahora encima a seguir estudiando”
Unos pronósticos que en la mayoría de los casos son más negativos que positivos y unos resultados que no siempre terminan siendo como se pensaba…
El curso escolar no está exento de preocupaciones sobre las que todos los miembros de la familia están inmersos durante meses. Se ha convertido, más que en un reto interesante y motivador, en un asunto familiar de la máxima relevancia sobre el que gira casi todo.
Y en este sentido muchas son las cuestiones de las que preocuparse: tasas, becas, comedor, contenidos curriculares, libros, cambio de planes educativos, relación con el profesorado, además de lo estrictamente ligado a los hijos y su estudio, como dificultades que puedan tener, necesidad de refuerzo… Es posible que el curso escolar sea una de las cuestiones a las que más recursos hay que dedicar en las familias.
Llegado el mes de mayo, supone que se acerca la recta final y la necesidad de centrarse en acabar el curso de la mejor forma posible.
Sería deseable mantener un mínimo de calidad familiar y no terminar de dinamitar las pocas fuerzas que quizá ya queden a estas alturas del año.
Tengamos en cuenta:
- Aunque hay que echar el resto, es necesario entender que si presionamos mucho puede ser contraproducente. A estas alturas de curso los chavales están ya cansados. Sí, incluso en esos casos en los que pensemos que no han trabajado lo suficiente, también estarán hastiados, puede incluso que más, puesto que en muchos de estos casos pueden ser chavales que precisamente no estén motivados, no les guste o que tengan alguna dificultad de aprendizaje, conocida o encubierta.
- Hay que pensar en todas las posibilidades según los resultados que se puedan tener e ir reflexionando sobre los posibles escenarios para el verano según se consigan las notas esperadas o no, pero hay que evitar la amenaza constante sobre lo peor de lo que pueda pasar, pensando que así estudiarán más. Solo generaría muy probablemente reacciones negativas e incluso les podría descentrar más aún.
- Ajustar las expectativas, en el sentido de ser capaces de valorar de manera realista lo que se haya conseguido y lo que indiquen el conjunto de resultados conseguidos hasta la fecha. Intentar mejorar lo que se pueda pero entendiendo el significado de todo el curso que ya ha pasado y seguir viendo el proceso educativo como un asunto a largo plazo.
- Animarles a hacer el último esfuerzo del curso, siendo capaces de transmitirles motivación y seguridad en sí mismos, con el fin de que piensen de verdad que pueden mejorar sus resultados aumentando su esfuerzo y peleando hasta el final. Sin duda, habrá merecido la pena si se intentan superar a sí mismos en alguna medida, pero lo primero que han de ver es una actitud positiva en el entorno, en quienes les rodean y conocen lo suficiente como para saber que lo pueden conseguir si se lo proponen. Pensemos que en muchas ocasiones lo que reciben es justo el mensaje contrario:
– “No te creas que ahora porque te pongas a trabajar lo vas a conseguir”
– “Has tenido todo el curso para ello” “todo el año tocándote las narices y ahora pretendes..”
- Intentar conseguir, si no se ha hecho ya, una adecuada relación con los profesores, quienes buscando los mismos objetivos que los padres, están muchas veces tremendamente distanciados. Vemos cómo esto es así en nuestro trabajo habitual con chavales a los que ayudamos a conseguir sus objetivos académicos y resta mucho al esfuerzo que realizan unos y otros por conseguirlo. Hablar con ellos a menudo, intercambiar sin miedo las impresiones que se tienen, ponerse de acuerdo y trabajar en equipo.
- La clave va a estar en una buena organización. Ayudarles a planificarse y asegurarse de que pierden el menor tiempo posible. Bien es cierto que la pauta durante el curso es trabajar para que sean autónomos y estudien de la forma más individual posible, para que se responsabilicen al máximo y su nivel de implicación sea el máximo también, como debe de ser. Pero a estas alturas no hay ni que correr riesgos, ni pretender conseguir objetivos a largo plazo, es decir, hay que centrarse en las pocas semanas que quedan y en acabar lo mejor posible.
Si crees que tu hijo necesita ayuda con los estudios no dudes en ponerte en contacto con nosotros en el 665265360 o info@remontapedagogia.es y pregunta por nuestros cursos sobre Técnicas de Estudio para este verano.
Suerte y ánimo.
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